27 enero 2014

Escuchando a mis enfados

Algunas veces nos obcecamos en que nos hablan de cosas ridículas o absurdas, pero si para la otra persona son hechos y situaciones importantes, es algo que tenemos que aceptar y respetar si bien es cierto que es responsabilidad nuestra expresarlo de la forma adecuada para que la otra persona nos comprenda.  

Yo pensaba que me había expresado de una forma clara con respecto a ese algo que para mí era y es importante, que me altera y mucho. Como digo, yo pensaba que me había comprendido pero me temo que no fue así, y si lo hizo y me lo demostró, resulta que mi sensación fue bien contraria... Y aquí surge mi enfado. Siento malestar, siento rabia porque veo que alguien no ha valorado mis palabras, que ha invadido mis límites. Reconozco por tanto que hubo una situación que me superó y por eso sentí esa rabia y enojo, y no es que evite los enfados o piense que no pueda ni deba enfadarme, forma parte de la vida misma, quiero decir que está dentro de lo posible y hay que recibir cada enfado con aplomo porque nuestros enfados nos dan mucha información sobre nuestros puntos débiles y está claro que ello nos brinda la oportunidad de aprender algo de nosotros mismos. No se trata de hacerles la ola, pero si de recibirlos con cierto cariño, esto es algo que he aprendido en los últimos años de mi vida.

El caso es que mi “percepción” de que no se preocupara por como me sentía hizo más y más grande mi enfado y enturbió los magníficos momentos, ojo, que fue mi percepción, probablemente la realidad fue otra pues unos y otros nos expresamos de formas diferentes; y apareció mi temor de esa falta de conexión y ciertas similitudes con una relación del pasado, que deduzco que ni he canalizado bien, ni aceptado. Es obvio que me faltó tiempo para expresar estas emociones, lo que siento, quiero y necesito; para hablar de esos sentimientos involucrados y de todo aquello que me gustó, que me encantó y que mentalmente le agradecí, solo mentalmente. Craso error. En mi opinión, nos, y aquí digo nos, faltó la comunicación. Es obvio también que en aquel instante gestioné fatal mi enfado.

Con todo este batiburrillo emocional, me ha dado por pensar que quizás he gastado demasiada energía en esperar que las cosas salgan tan perfectas como yo deseaba con respecto a este hombre, obviamente porque es alguien que ha estado y aún está en mis pensamientos y a quien aprecio y valoro considerablemente, de verás que sí, y que, por tanto, me importa; pero no ha habido entendimiento y presiento que no lo habrá. Yo sigo teniendo presente mi enfado y él presumo que también. Derroche de terquedad por parte de ambos, me temo, desde luego por mi parte lo es, reconozco mi testarudez y orgullo. Pero tengo que aprovechar esta experiencia vivida y comprometerme a aprender de ella, a aceptar mis errores, y por eso aprovecho y adquiero en este instante un compromiso personal para llamarle y proponerle una conversación!!

03 enero 2014

El amor y la locura


Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos de los hombres.

Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por 3ª vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso:
 
— ¿Jugamos al escondite?

La INTRIGA levantó la ceja intrigada y... La CURIOSIDAD, sin poder contenerse preguntó:
 
—¿Al escondite? ¿Y cómo es eso?

— Es un juego — explicó la LOCURA —, un juego en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupara mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA.

La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.

Pero no todos quisieron participar: 
La VERDAD prefirió no esconderse. ¿Para que? si al final siempre la hallaban.

La SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (pero al final, lo que la molestaba era que la idea no fuese de ella) y...

La COBARDÍA prefirió no arriesgarse...

— Uno, dos, tres... — Comenzó a contar la LOCURA.

La primera en esconderse fue la PEREZA, que como siempre se dejo caer tras la primera piedra que encontró en el camino.

La FÉ subió al cielo.

La ENVIDIA se escondió tras la sombras del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo consiguió subir a la copa del árbol más alto.

La GENEROSIDAD casi no consiguió esconderse, cada sitio que hallaba le parecía apropiado para alguno de sus amigos:
 
...que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA;
...que si la sombra de un árbol, perfecta para la TIMIDEZ;
...que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD;
... que si una ráfaga de viento, magnífica para la LIBERTAD.
 
Así terminó por ocultarse en un rayo de sol.

El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo..., pero, eso sí, solo para él.

La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (bueno es mentira), en realidad se escondió detrás del arco iris, y...

La PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes.

El OLVIDO.... se me olvido donde se escondió..., pero eso no es importante.

Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado; hasta que diviso un rosal enternecido y decidió esconderse entre sus flores.

— Un millón — contó la LOCURA y empezó a buscar.

La primera que encontró fue a la PEREZA solo a tres pasos de una piedra.

Después descubrió a la FE, la escuchó discutir con Dios en el cielo sobre teología.

A la PASIÓN y el DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la ENVIDIA, y claro, pudo deducir enseguida donde estaba el TRIUNFO.

El EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo. El solo salió disparado de su escondite que resultó ser un nido de avispas.

La LOCURA de tanto caminar tuvo sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA.

Con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró subida sobre una valla sin decidir aún sobre a que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos:
 
El TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris... y hasta el OLVIDO....al que se le había olvidado que estaba jugando al escondite,...

Pero solo el AMOR no aparecía por ningún lado.

La LOCURA busco detrás de cada piedra, de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal con sus rosas...., tomó un palo y empezó a mover sus ramas, cuando, de pronto, un doloroso grito se escuchó.

Las espinas habían herido los ojos del AMOR.

La LOCURA no sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde aquella primera vez se jugó al escondite en la tierra.






EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA, 

Mario Benedetti


:-)

01 enero 2014

Observa estos árboles


 




Observa estos árboles y elige, inmediatamente, el que te resulte más atractivo. 

 

 Ummm

 

¿Ya lo tienes? 

 

 

 

Ahora lee las respuestas!!

Fuente: http://peru.com/mujeres/tests/test-personalidad-segun-arboles-noticia-200083




Confieso que el inmediatamente en mi caso duró más de lo debido, y dudé entre el 2 y el 9, finalmente elegí el 9 y tiene muuuucho sentido! :-)
Un año más, lo pondré en práctica! Feliz año a tod@s!!