22 diciembre 2009

Mis buenos deseos

Esto de que termine un año, invita de alguna manera a pensar ¿no os pasa? En algunos momentos del año también me ocurre, esto de reflexionar quiero decir, pero llega la Navidad y es como que siento que tengo que hacer necesariamente el balance del año que se termina, bueno del que se termina y de los que se tercien porque a veces rebobino, y rebobino en el tiempo sin pretenderlo...

Rebobino, digo, y me da por recordar a las personas que han sido importantes en algún momento de mi vida, a las que me han hecho pensar, a las que han sacado lo mejor de mí, y en ocasiones lo peor, a las que han contado conmigo, a las que me han demostrado aprecio y que me quieren, a las que me han apoyado, a las que me conocen bien porque se han esforzado en conocerme, a todas esas personas que se han dejado querer, porque mira que nos cuesta a veces dejarnos querer…, y muy especialmente me gusta recordar, a todas esas personas amigas que cuando no se encuentran a la Ana entusiasta saben comprenderlo, a esas que saben que ser fuerte no viene instalado de serie ni es algo que nos llega por mensajería, que es algo que requiere un esfuerzo importante. Que tendrá la Navidad que nos hace, o al menos a mí, me hace pensar en todo eso.

A mi familia, y a todos esos amig@s con los que he establecido ese afecto basado principalmente en actitudes de confianza y de apoyo, sigo por supuesto encantada de seguir contando con ellos, y a los que aún habiéndolo establecido en un momento de nuestras vidas, ha resultado que con el tiempo no hemos sabido mantenerlo o no hemos querido, en la mayoría de los casos por la evolución personal de cada uno; y también a ti que sé que sigues este blog o que has pasado por casualidad...

A todos vosotr@s os deseo una feliz Navidad y un 2.010 cargado de momentos estupendos. ¡Ojalá que se cumplan todos nuestros deseos!

Otro año más sin salir en el telediario con el champán, snif snif

Muak, muak


27 octubre 2009

Un Japón fascinante

Asia está llena de contrastes y ello ha supuesto, al menos para mí, una excepcional razón para visitar esta zona del mundo. Todos los países asiáticos que he conocido me han impresionado y encantado; me gustaron sus gentes, su entorno, su gastronomía y además, conservo estupendas anécdotas y preciosas estampas en mi memoria, en mi retina y en mi ordenador; pero, particularmente Japón marca diferencias y desde luego que no tiene comparación entre sus vecinos. No sé si soy muy objetiva al recomendar Japón porque sencillamente, me ha hechizado.

Japón es sin duda el país más fascinante de los que he visitado, el que desde mi punto de vista debe constar en el curriculum de cualquier trotamundos que se precie. Un país extraordinario y deliciosamente impactante. Tanto que contar...

Una tecnología que se escapa a mi imaginación y que curiosamente convive con las tradiciones que perduran tras los siglos, una naturaleza tallada con detalle por las manos del hombre, gente muy hospitalaria, jóvenes vestidos de forma divertida y hasta un pelín insolente, personajes inimaginables, trenes megamodernísimos, un consumismo insaciable…, y todo ello, salteado con una excelente gastronomía y dosis de muchas risas compartidas con unos estupendos compañeros de viaje.

Japón es todo esto y mucho más. Un despertar de sensaciones, ruidos y olores, un querer no perderse nada, giros constantes de nuestras cabecitas, un mirar a todas partes, un disparar continuo de nuestras cámaras, un sonreír continuo con y sin motivo, un desear repetir destino!!! En definitiva, aún disfrutando al recordar un magnífico viaje, que contaré en breve.

Japan Geographic

07 octubre 2009

Unas deseadas vacaciones



Una deseadas vacaciones comienzan yaaaaaaaaa


Este año he dejado mi huella en varios continentes, sí señor. En esta ocasión estaré unas semanas en Japón, un viaje que me apetece un montón, especialmente desde que vi la película Mapa de los sonidos de Tokio y es que desde entonces llevo imaginando mis muestras de fascinación y de sorpresa, disparos continuos de la cámara, ummm, qué ganas.

Ya os contaré jeje

08 septiembre 2009

Sentirme Reina

Por amor he hecho algún que otro disparate y estupideces varias, quien no… No me arrepiento, en absoluto. Considero que son vivencias, un aprendizaje que ha contribuido a convertirme en la persona que soy, con un saco de valores, virtudes y defectos, y sobre todo, son experiencias que me han facilitado las herramientas suficientes para saber qué es lo que necesito y deseo, y además, tener claro lo que no quiero para mí.

He querido a cada uno de los hombres que han sido importantes en mi vida de un modo único. He superado con apoyo de familia y amigos, y mi esfuerzo personal, todos esos desgarrones en mi vidita, y cada vez que he limpiado las cenizas que se habían quedado en el fondo de mi corazón, simplemente, he comenzado de nuevo; eso sí, en cada ciclo, empezaba una vez más a creer en mí misma y en todas mis posibilidades, que son muchas.

Es maravilloso poder valorar, con el corazón y la razón, y tener esa capacidad de expresar todos mis sentimientos (algo que para algunas personas resulta una barbaridad de complicado), y lo más importante, es maravilloso tener la madurez, sensatez y algunas veces valentía, para poder decidir a tiempo que ese hombre, en ocasiones un niño, no es merecedor del honor de compartir mi tiempo, ni mucho menos el resto de mi vida.

Estoy contenta por el hecho de haber aparcado todas las ilusiones que puse en él, algún que otro semiboceto mental de planes juntos y ese tiempo que en algún momento me hubiera gustado regalarle... Tengo claro que no hay que tratar con prioridad a quien te trata como opción, aunque las segundas oportunidades son muy dignas; pero tres ya es tontería. Y con la venia, dejo de preocuparme por cómo está, por sus problemas y por todo lo que acontece en su vida. No le deseo que sea feliz ni que sea desdichado, no le deseo nada, ya que cualquier pensamiento significaría que me sigue interesando, y nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que ha dejado de ser importante en mi vida. Yo, con quien no siento que le importo sencillamente no me apetece estar, así es que simplemente le deseo que le vaya como le tenga que ir.

Cierro el capítulo de mi vida que lleva ese nombre, y lo hago serenamente pero con firmeza y teniendo la seguridad que jamás tendré tentaciones de volverlo abrir. Ahí se queda, con el resto de libros que han formado parte de mi historia personal. En contra de lo que me ha sucedido en otras ocasiones, no tengo momentos que considere importantes de esta minihistoria, quiero decir de esos entrañables que una recuerda con el paso del tiempo, y en todo caso, no permitiría que se filtraran en cualquier relación futura que pudiera tener.

Por lo tanto, hoy empiezo otro ciclo. Estoy encantadísima conmigo misma y con mi vida; pero si decido cambiarla, a mí, que me lleven EN BANDEJA y que me traten como a una REINA, porque sé esto puede suceder, entre otras cosas porque lo que he vivido con otro y es lo que yo estoy dispuesta a hacer por esa persona (Hombre) que sea capaz de demostrarme con hechos que desea y es merecedor de ¿envejecer a mi lado?. Afortunadamente, me valoro un montón y estoy muy bien sola así es que únicamente me arriesgaré si me demuestra que mi vida, yo como persona, y ambos como pareja, podemos mejorar. Y es que estar sola no es sinónimo de sentirse sola, ¿verdad, qué no?

Actualización, 29 de noviembre 2009

Un mail de una persona que no sé si ha llegado a conocerme bien me ha hecho reflexionar, cosa que le agradezco un montón, y es por esto que he pensado que debo actualizar este post. Por eso, y porque mis sentimientos han cambiado desde entonces.

Había resentimiento en mis palabras, es verdad, pero era lo que sentía cuando escribí esta historia que es solo mía, quiero decir que es subjetiva, porque no deja de ser mi punto de vista sobre una situación en la que me he visto implicada. Me reitero en mis palabras. En este Rinconcito me gusta escribir lo que siento y especialmente en los post más intimistas cuento como me va en la vida y como me afectan las cosas, dando rienda suelta a los buenos y los malos sentimientos que conviven conmigo porque entre otras cosas no sería yo misma si pretendiera escribir o hablar para quedar bien ante el mundo, familia y amigos, y además, no me molesta que me juzguen. Por otro lado, es obvio que la persona que lee el blog ya sabe lo que encontrará: una mujer con defectos, y muchos.

Ahora que han pasado unas cuantas semanas desde que escribí este post, muchas más me parecen después de mi viaje a Japón, tengo la certeza de que el resentimiento se ha desvanecido, que he sido capaz de ver mis errores, de perdonar los que yo creo que fueron suyos, de comprender su postura..., de darme cuenta que sigo viendo en él cualidades que para mí son importantes como amigo, ni mucho menos como pareja, que me gusta escuchar que hace cosas por progresar en su vida. Y efectivamente le deseo que le vaya como le tenga que ir, porque pienso que cada uno se forja su camino en la vida. Algunas veces sucede que el destino sigue dando oportunidades a los que son o somos tan cabezotas, perseverantes que dicen, o a los que les resulta complicado avanzar en su camino porque se empeñan, consciente o inconscientemente, en seguir recreándose con su pasado.

La vida son elecciones, y yo simplemente elegiría disfrutar de mi vida y de mi tiempo con quien me pueda aportar cosas interesantes, con quien me haga reír y pensar, con quien me escuche y me admire, con quien se deje que
rer, mimar y admirar, y tantas otras cosas... En definitiva, con ese ser (Hombre) cómplice que consiga con sus detalles, miradas y acciones que me sienta feliz. Ea!!

27 agosto 2009

Pequeño tesoro en Ruidera

He pasado un fin de semana en Ruidera (Ciudad Real), el pueblo que acoge a las lagunas que llevan su nombre. Estupenda compañía, tanto por los buenos amigos como por mí misma, que leches! Muchas risas se intuye. Excelente gastronomía, ante una buena mesa regada con vinos de la zona. Una franca sonrisa en mi rostro, que no es que sonría poco, pero ha sido en conjunto un fin de semana muy divertido con el añadido de que he conocido otra zona de España que me ha parecido sensacional. Por lo tanto, objetivo cumplido: disfrutar una vez más de mi tiempo, y algo que me entusiasma más si cabe, compartirlo con la gente que aprecio.


Indiscutiblemente que el parque natural de las lagunas de Ruidera bien merece una visita. Escoltado por una gran diversidad de especies florales y una gran variedad de árboles, resulta de una gran belleza a los ojos de cualquiera, belleza que se hace notar por el contraste que presenta el paisaje en sí, reflejado en el color azulado o verdoso de sus aguas, sorprendentemente cristalinas en algunas de sus zonas. Parece que además sirven de cobijo a muchas aves acuáticas, aunque yo solo vi patos, o eso me parecieron, simples patos.


Estas lagunas son un lugar fantástico para los amantes de la fotografía y en ellas se pueden también disfrutar del piragüismo o la pesca, o simplemente darse un chapuzón y sumergirse en sus aguas. Creo que el hecho de que hayamos tenido un otoño e invierno lluvioso habrá influido para que el nivel del agua sea alto y sea más impresionante el espectáculo que nos brinda la naturaleza.



Por último, os dejo unas recomendaciones interesantes por si os animáis a visitar la zona y una muestra de las fotillos que hice, solo una muestra que tratándose de una loca de la fotos, os podréis imaginar que tengo bastantes más!!!!

* Alquilar una piragua, porque te permite pasar a otras lagunas y ver cositas muy interesantes, además de para un buen rato!!

* Alojarte en la casa rural La Cuerda, porque no te decepcionará!!
www.casalacuerda.es

* Comer en el mesón Juán, según lo comentado por el dueño de la casa.

24 julio 2009

Mis días en Marrakech


Volver a Marrakech siempre es un placer. Sus colores y olores hacen que desconectes de lleno con tu vida en Madrid, bueno, a mí me gusta ese contraste, aunque confieso que en esta ocasión me faltó callejear mucho más por las calles de la Medina. Por otro lado, me sobraron algunas horas de paseo en coche por el Marrakech nuevo, la visita a los Jardines Majorelle, al museo Majorelle y su jardín, que es mono, pero taaaan perfecto, en fin, cuando no se viaja sola supongo que es inevitable aceptar planes que en principio no te apasionan, y que pueden resultar estupendos o no tanto; pero desde luego, hasta que no se prueba no se sabe.







Naturalmente que un país como Marruecos despierta nuestros sentidos y el interés por querer captar todo lo que vemos, y tanto contraste seduce hasta al más frío de los humanos. Eso es precisamente lo que me sucede en una ciudad como Marrakech.














El ambiente que se vive en la plaza Jamaa El Fna sigue siendo ensordecedor, especialmente el nocturno, pero hay que verlo aunque sea un vuelta rápida. Llama la atención en que emplean el tiempo los lugareños y algún que otro turista que se lanza al mini-mini-golf (un hoyo) o la pesca de una botella de coca cola de dos litros…, estuvimos un ratillo y no tenía pinta de llevarse nadie el premio. En definitiva, un ambiente agobiante, especialmente si uno se anima a cenar en uno de sus innumerables puestecitos de comida…. Me empeñé y fue un error, hasta nos fuimos sin terminar.


Sin embargo, me encantó visitar el Palacio Bahía. Un lugar apacible y lleno de habitaciones sorprendentes, impresionante entorno y superbien cuidado, con preciosos patios, salones y jardines; visita altamente recomendable y por poner alguna pega, le faltaría que recrearan alguna de ellas con mobiliario acorde a la época que está muy desangelado aquel palacio. Aprovechando esta visita, conviene acercarse a una plaza póxima que es un punto de encuentro de artesanos locales, es decir, un auténtico mercadillo compuesto por puestos artesanales donde puedes encontrar cosas de forja, pinturas, especies, etc., muy chulo y no tan agobiante como el zoco, aunque con menos oferta de productos.

Después de comer en un riad precioso de cuyas paredes colgaban cuadros como este de la foto, algunos de ellos a la venta, dimos por fin con la Madraza.


Fue estupendo encontrar aquello que, sin éxito, estuvimos buscando durante un buen rato por la mañana.



Confieso que me encantó ver de nuevo la Madraza de Ali Ben Youssef, una antigua escuela coránica que funcionó como tal hasta los años sesenta.


Se entra por un señorial patio con un estanque en medio, en mi opinión decorado un poco con cuentagotas, y a su alrededor se encuentran distribuidas en dos plantas las habitaciones de los estudiantes; eso sí, en los salones interiores se aprecian unos trabajos de marquetería y estuco que bien merecen una visita, al igual que el museo que está justo al lado.



Tarde con suerte!! Por casualidad encontramos un taller de tintoreros de pieles…, lástima que no hubo tiempo para entrar. Es un poco difícil encontrar estos sitios, aunque siempre hay quien te lleva por una propina, bueno nosotros nos la ahorramos ya que por la mañana nos gestionó la visita a un taller de tinte de lanas el tipo de una tienda donde compramos unas pastillas que dejan un olor magnífico en los armarios… Con esto quiero decir, que no se pierde nada por preguntar en alguna tiendecita donde has hecho alguna compra. Fueron, desde luego, mis mejores horas en Marrakech, las que más disfruté.


He reconocido en Marrakech, el país con precios baratos que recordaba… Nada que ver con el resto de los lugares, en la capital hay precios para todos los bolsillos, desde restaurantes de lujo con magníficos menús, hasta puestos callejeros donde he pagado 1 euro por carnes varias a la parrilla, con queso en loncha (y no el típico quesito de la vaca que ríe) y huevo frito, con pan de pita, riquísimo.

Respecto al alojamiento, estuvimos en el riad Les Lauriers Blancs, con habitaciones monísimas, muy buen desayuno, bastante bien situado, incluso las calles de acceso están asfaltadas, por lo tanto desde mi punto de vista altamente recomendable. Lo regentan una pareja de franceses, un jubilado de la Renault según un amigo que creo que fue guionista de Hollywood en otra vida, pero ojo que esta información no está contrastada!! La mujer es muy amable y tiene mucha información del país, e incluso guías que te puede prestar gustosa.

Siempre hay una primera vez para todo, y en esta ocasión fue la experiencia de ir haman, porque después de 9 días de ajetreo, sol y calor, dedicar un tiempo a que nos cuiden y mimen de otra manera, pues es más que apetecible. Y la verdad que me gustó, bueno, no tanto como un masaje tailandés!!, después de abrir mis poros y de que me exfoliaran la piel la verdad es que salí muy relajadita y sin pieles heridas ni muertas, y aunque hay sitios más espectaculares y caros, claro está, este era mono, estaba limpio y bien de precio, (estuvimos hora y pico por solo 10 euros), con el añadido de que estaba a cuatro calles del riad.

Dejo la Web por si os resulta interesante:

http://www.lesbainsdesindibad.com/


Regresar a Marruecos siempre es agradable y sé que volveré, porque me apetecerá seguro, y porque además tengo pendiente conocer la zona norte del país; pero creo que tiene que llover un poco antes de que se produzca ese hecho. Seduce tanto contraste. Me maravilla ver tantas escenas que me llaman la atención y vociferan a mi retina, tanto que me obligan a desear fotografiar cada callejuela, cada rincón, sus gentes, sus miradas… y todo esto ha dado lugar a que hemos regresado con un completísimo reportaje gráfico, y además, de lujo!!!

Eso es lo que me queda, imágenes en mi memoria y en mi retina, porque tengo buenas razones que hacen que recuerde con especial cariño estos días pasados en tierras marroquíes:-)

23 julio 2009

Rumbo a Ouarzazate

Hasta la vista, desierto, me has encantado!!!

Y de nuevo, rumbo a Ouarzazate, a la que llaman puerta del desierto ciudad que servía como paraje de descanso a los mercaderes que viajaban hacia el norte del país y Europa. El paisaje árido de esa zona ha servido de escenario a películas como Gladiador o Babel, y además tiene por lo visto dos importantes estudios de cine.


En lo que fue el trayecto de ida y vuelta desde y hasta Merzouga, un gran desfile de curvas que se hace bastante pesadito, paramos en algunos puntos interesantes como el valle del Draâ, una zona fértil asentada a los pies de las montañas del Atlas, y del valle de las Rosas aunque rosas ni una vimos, obviamente porque no era época; y también en la garganta del Todrá, un lugar plagado de lugareños haciendo picnic con sus manteles, mesas, neveras y enormes cazuelas, graciosas estampas familiares.





Además de lo visto en estos altos en el camino, el viaje es atractivo porque se perciben diferentes costumbres en los pueblos por los que se pasa, aunque muchos de ellos parecían pueblos fantasma a esas horas de la siesta, esa pausa en el día que se hace en casi todas partes del planeta pero que, injustamente, solo afama a los españoles… Por ejemplo, es increíble ver lo abrigados que van todos, cielos!!! Esta gente por lo visto se pone casi toda la ropa que tiene en casa, porque no me explico cómo pueden ir a 40 y pico grados con dos camisetas y una chilaba de manga larga, y eso que se vea, que probablemente debajo llevan más cosas… Recuerdo escuchar a mi abuela eso de que lo que quita el frío quita el calor, pues va a ser cierto!!!

Es curioso también, ver también las diferencias a la hora de vestir que si bien no se aprecia en los varones y niños, en las mujeres sí. Mientras unas llevan ropas con colores claros, más estilosas y atrevidas ellas y menos tapadas, otras visten (al menos su última capa) de color negro, nada de diseño se ve en estas mujeres y además parecían estar fotocopiadas; lo que me resultó extraño y gracioso fue verlas ante un puesto de ropa en un mercadillo local en el que sorprendentemente NO vendían nada negro, todas las telas que alcancé a ver eran estampadas y de rayas… Ya sé que es absurdo, pero ¿Comprarán la ropa de colores para luego teñirla? Otra duda que nos surgió, ya en Essaouira lo comentamos, era saber cómo se reconocen estas mujeres cuando quedan en la calle, para ir a la plaza del pueblo o de compras, porque el caso es que van siempre en minipandy, dos o tres del brazo; según nos contaron, se reconocen por la forma de andar, por la mirada, bueno, esto será cuando están cerca supongo… Supongo que se agudizan otros sentidos, pero yo no me lo creí mucho, y pienso que lo más lógico es que se cuenten por teléfono donde viven y queden en la puerta.La recompensa a tanta calorina sufrida en la ruta fue llegar de nuevo a Le Petit Riad y a su piscina...

Y al día siguiente, rumbo a Marrakech. Si la kasbah de Ouarzazate es interesante, o ese es el recuerdo que tengo en mi memoria de mi anterior estancia en noviembre 2005, la kasbah de Ait Benyousef me ha resultado magnífica, con unos detalles ornamentales increíbles y un entorno muy, muy atractivo para mis ojos. No en vano, es una de las mejores conservadas del país.





La anécdota fue el lugareño de la tienda que reclamó la atención de uno de mis amigos porque quería escribir en español una carta de agradecimiento a unos españoles que le habían enviado medicinas y tal y cual; una vez terminada nos lió con el güisqui del desierto, ese magnífico té, y claro, uno siempre termina comprando…



Era un tipo muy gracioso y en su tienda llamaba la atención su ordenador portátil compartiendo espacio con tanto producto típico, lo que ha cambiado Marruecos en ese sentido, la verdad. La conclusión que sacamos es que el tema de la cartita no era más que un anzuelo para que piques… su tienda está al principio de la kasbah, lo digo por si a alguien le ocurre lo mismo…



21 julio 2009

Añorando un desierto


En Ouarzazate nos habíamos acostado con la idea de madrugar al día siguiente y salir pronto hacía Merzouga, pero como tantos días sucedería, unos u otros nos enredábamos con los preparativos finales después del desayuno…

Habíamos contratado un viaje al desierto con una empresa local de Merzouga, y teníamos que llegar a esa ciudad antes de las 6pm. Días antes me habían confirmado por mail que era posible llevarnos a la zona de las dunas en un vehículo 4x4, algo importante para nosotros dado que no estábamos dispuestos a viajar a lomos de un dromedario durante una hora y media o a tomar la opción que nos sugería de ir andando durante un par de horas… El caso es que cuando llegamos allí, donde dije digo, digo Diego, y nos rebotamos un poco…, aunque lo más triste del día para mí fue el hecho de que la demora en la llegada supuso perdernos una maravilla de puesta de sol, de esas típicas, bueno, no es que nos la perdiéramos pero ver una puesta de sol de esa categoría desde el interior de un coche y botando sin parar, pues no me dice mucho, la verdad… Siempre hay que dejar algo pendiente para la próxima vez, aunque en mi caso no estoy dispuesta a viajar hasta Ouarzazate una tercera vez en mi vida. Tendrá que ser pues, en otro desierto.


La noche en la haima finalmente no pudo ser. Llegamos al campamento adentrado unos 40 Km en el desierto, como un pequeño islote rodeados de dunas, pero como el calor era insufrible en su interior nos colocaron los colchones y las sábanas en el patio central. El campamento como os podéis imaginar era muuuuy básico, y aunque tenía baños, o así le llamaban a a aquello, pues como que preferimos no utilizarlo jeje.

Ese fue un momento gracioso, porque eso de que al desierto le llaman desierto no sé muy bien por qué es. Allí una va “al baño”, osea, a una duna, porque como decía, el baño cerrado con cortinilla, mejor ignorarlo… y aparece gente entre otras dunas, que mira que no hay dunas y dunas alrededor, vamos, que parece la calle Preciados en Navidad, y luego, te das cuenta que había un montón de animalejos, hombre con los dromedarios ya cuentas!! Pero algunos casos nos sorprendieron, porque que al amanecer nos despierte el maullido de un gato, es bien curioso, debe ser que los gallos no se estilan…

Y allí cenamos, todo muy bueno aunque tantas tapas de olivas mientras terminaban de cocinar los platos fuertes no nos permitió terminar con toda aquella comida. Y después de la cena, güsquicito va, güsquicito viene, en mi caso ron moreno, y tanto güisquicito es lo que tiene..., el encargado de despertarnos para ver amanecer me temo que estaba demasiado resacoso como para levantarse…, vamos, que se durmió. Se conoce que el viento con la arena no le molestó bastante en su rostro, y eso que era bien desagradable y que no oyó el gato...

Siempre hay una primera vez para todo, y allí hice el Máster de como hacer un vaso para cubatilla con una botella de agua de 1,5l. Me han faltado las prácticas, pero yo creo que me las convalidan porque estuve muy atenta, no!? Ah, y al cortarla por la mitad salen dos vasos de cubatilla, de modelos diferentes, pero dos vasos!! Con esta historia nos reímos un montón porque cuando mi amigo (el instructor) se disponía a fabricar el primer vaso, ya cortado el patrón, va el morito y se lo quita de las manos… y vuelve el tío con el vasito convertido en portavelas!!! Debió pensar que lo que queríamos era más luz!! Fue tronchante, y el resultado: un vaso menos.

Nos acompañaba en aquella noche también un cielo estrellado, en el que se apreciaba claramente la vía láctea y tantas y tantas estrellas fugaces, que todo el mundo vio menos yoooooooo, todo el conjunto formaban un extraordinario espectáculo, al igual que el que nos brindaron los lugareños al ritmo de sus instrumentos musicales y cánticos, y también pésimos chistes… Y así nos dormimos, más o menos.

Este viaje lo contratamos con una empresa que NO recomiendo en absoluto. En varias ocasiones, tanto a lugareños de las tiendas como a los de los riads escuchamos que el mejor conductor de las dunas era Alí el cojo, así que si repitiera en mi vidita lo contrataría con él.

Dejo la página Web de ambas empresas, aunque al tal Alí, le podéis encontrar en facebook y todo!!

www.alielcojo.com

www.letoiledesdunes.com



Y he aquí una muestra del paisaje después del amanecer, de camino al hotel, en Merzouga.



Después de días, recuerdo las sensaciones vividas. Pequeñas y grandes dunas, arena, mucha arena, y un desierto allí al lado, dromedarios que dormitan, bereberes y chiquillos de pueblos próximos que pasan por allí. Imágenes que hipnotizan y que me recuerdan a estampas imaginadas en algún momento de mi vida. Te parece que sueñas, pero resulta que abres los ojos y todo está allí.

Hace tiempo que no sentía ese efecto de emoción que se produce cuando uno está en un lugar que le resulta insólito, y pasar esos días en el desierto, en la inmensidad las dunas, ha sido una experiencia genial, y tengo que decir que me ha sabido a poco. Una grata impresión que me ha recordado a otros momentos extraordinarios de mi vida, los vividos ante el esplendor de las pirámides y templos de Egipto, esa Petra maravillosa, el entorno del Gran Cañón, la bahía de Ha-Long o las islas Phi Phi, los días en Jesuralem o aquel atardecer en el desierto de Wadi Rum. Me ha sabido a poco, digo, tanto, que estoy pensando en hacer planes para vivir de nuevo esas emociones en mi próximo viaje...

Un lugar mágico, que recomiendo simplemente por el hecho de poder saborear con agrado sus deliciosos platos y además, poder contemplar desde la magnífica piscina o desde la azotea la majestuosidad de las dunas de Erg Chebbi que se alojan a sus pies, es el hotel Kanzerremal; mucho calor, pero se soporta con cierto agrado porque el espectáculo desde la piscina compensa y desde luego, no nos deja indiferentes.

Las dunas son de una belleza que te atrapa. Sus caprichosas formas provocan a nuestros sentidos y hacen que desconectemos de nuestra rutinaria vida, vamos, una más que probada terapia antiestrés, al menos yo así lo viví.


Vistas desde la azotea del hotel, hora aproximada 7am

Tantas cosas que pensábamos ver en los alrededores del hotel, que si el lago no se qué, que si las pinturas rupestres… y si nos descuidamos nos perdemos hasta la puesta de sol!!! No fue mi caso, que para esto del sol y la luna estoy muy pendiente!! He aquí una muestra de un bonito y particular atardecer, aunque no fue tan espectacular como la de la tarde anterior cuando nos dirigíamos al campamento de haimas, ese típico con el sol rojizo, ese que nos perdimos por llegar tarde, ainsss…

Durante esta puesta de sol, con una imagen muy curiosa, estuvimos charlando con una par de chiquillos que venían del pueblo de al lado. La gente es muy amable en Marruecos, realmente hospitalaria y muchos de los lugareños charlan desinteresadamente con los turistas, como era el caso de uno de estos chicos. Impresionante alegato a la sensatez y madurez con tan solo 17 años, sí señor. Un español aprendido viendo la tele y hablando con los turistas, que me dejó pegada a la arena. Un respeto por sus costumbres y por su familia, que es digno de admiración, en fin, espero que la vida le devuelva con creces todo su esfuerzo y buenas intenciones. Sus planes eran ir a estudiar filología a la Universidad, y no fijarse en las chicas, que para eso ya estaba su madre, que allí las madres hablaban entre ellas y buscaban la mejor esposa para sus hijos. Y con su convencimiento de que su madre lo iba a hacer mejor que él, allí le dejamos, a él y a su amigo.


Del desierto me sorprenden mucho los tonos de la arena, que parece diferente por el efecto que en ella produce la luz del sol; y llegas a la cumbre de las dunas, después de no poco esfuerzo, y la estampa es simplemente genial, porque te recuerda a las olas del mar. Realmente emociona contemplar la inmensidad del paisaje.

Una puesta de sol en el desierto, es casi hipnotizadora, la arena que arde, ese sol brillante que nos dice adiós y se escapa entre un cielo muy, muy azul; pero sobre todo, sorprende del desierto sus noches, porque esa segunda junto a la piscina del hotel fue igual de magnífica, porque no me canso de decir que es una delicia contemplar desde cualquier suelo el cielo tan brillante, la luna y las estrellas fugaces que pasan sin cesar... a juzgar por los comentarios de mis amigos: otra, y otra, otra..., yo ni una, oye.

Después de horas contemplando el cielo, no me quedaron fuerzas para levantarme a ver amanecer…, bueno, para ser exactos me levanté pero por despistada que soy, especialmente en vacaciones, puse el despertador del móvil a la hora española, y claro, llevarme una segunda vez en la noche, una hora después... fue imposible para mi cerebro dar la orden a las piernas y todo eso… Así que cuando me desperté, fui a tirar unas fotos, arrepentida de haber dormido tanto, porque siento que en este viaje he dormido demasiado tiempo.




13 julio 2009

De la costa marroquí al interior

Estar de vacaciones es una delicia, y volver a Marruecos siempre es un placer.

Primer punto donde nos dejamos caer: Essaouira, que parece que ha conseguido una categoría musical y cultural a nivel internacional, gracias al Festival de la Música del Mundo que atrae a amantes de la música de otras zonas del país y de otros países, como fue nuestro caso. El buen ambiente que esperábamos encontrar y el hecho de que se trate una ciudad diferente a lo que uno espera ver en el país, hizo que lo contempláramos como primera etapa del viaje.



El ambiente en el escenario de la playa, y al atardecer, era fabuloso, y disfrutabas de la puesta de sol mientras escuchabas unas melodías de fondo de los grupos que en allí ensayaban. Por la noche, ríos y ríos de gente por sus calles y plazas, demasiado mogollón desde mi punto de vista. En general, día y noche, el deporte allí es mirar, de manera que la gente se sienta en el muro de la playa, en un banco, y simplemente mirar al que pasa. Qué cosas.



Confieso que no sé si me gustó volver a Essaouira, es decir, me gustó, pero guardo un mejor recuerdo de la primera vez que estuve allí, y me da un poco de pena quedarme con cierto sabor amargo cuando pienso en que hace cuatro años, sencillamente, me encantó.


No obstante, no solo es recomendable, pienso que es también imprescindible en un viaje a Marruecos. Una ciudad amurallada con una medina catalogada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, con cierto aire bohemio algo que según he leído, sirvió como fuente de inspiración de artistas; con un montón de placitas, tiendas y galerías de pinturas se acoplan a ese entorno singular en cuya herencia cultural e histórica han participado desde los fenicios, hasta los portugueses o algunos sultanes sauditas. Me recuerda un poco a Tarifa, la verdad. Su riqueza gira en torno a la pesca, no en vano se come un pescado delicioso y recordaba yo que muy bien de precio…, y también en torno a la venta de productos de artesanía y joyería.


Dos cosas me crispan un poco respecto a los días en esta ciudad. Por un lado, no tuve demasiado tiempo para callejear y cotillear en sus tiendas, cosa que me ha llevado a bajar el presupuesto de gastos varios, y por otro lado, el pescado que comimos no era lo que nos apetecía, pero es el problema de elegir y después encontrarse uno con más gente que en principio sabe más que uno…, no sé el motivo pero siempre asientes a la peor de las opciones.


Aún así, la langosta estaba buena, aunque no es lo que más me atraiga…

El caso es que ambas cosas creo que han influido para que piense un poco en negativo con respecto a esta etapa del viaje, aunque me sigue pareciendo una ciudad encantadora.





Homenaje al mejor café que probé durante todos estos 10 días!!




Dos días después, pusimos rumbo al interior del país, pasando de nuevo por Marrakech y con destino final Ouarzazate. Tal y como intuíamos, el trayecto se hizo bastante pesaaaaado sobre todo por el desfile de curvas de la segunda parte del viaje, de tal manera que cuando llegamos a Ourzazate apenas teníamos ánimos para dar una vuelta por la ciudad, y tan solo salimos a cenar a un restaurante local en una calle muy, muy animada. Mucha, pero mucha gente en la calle, una verdadero aluvión de gente de todas las edades, padre, madre y sus niños. Qué ambientazo. Increíble.

Nos acompañó Joaquín, el conductor con coche que habíamos contratado, que en realidad se llamaba Yassir o algo así, pero uno decidió llamarle Joaquín y casi siempre nos referíamos a él como Joaquín que a veces derivaba en Yasmin... Un tipo muy majete y con un coche fabuloso, con capacidad para 6 personas y los equipajes.

En Ouarzazate nos alojamos en un sitio que a mí, particularmente, me encantó: Le Petit Riad, un lugar realmente acogedor y con mucho encanto, el que más me ha gustado de todo el viaje sin duda. Su dueña, Fátima, la primera mujer guía turística del país te puede facilitar un montón de información de la zona y aconsejar sobre todo lo interesante que hay que ver en la ruta hacia Merzouga o hacia Marrakech y tiene además, una práctica biblioteca. Creo que en ese sentido desaprovechamos un poco sus conocimientos, entre otras cosas por la falta de tiempo ya que no éramos sus únicos clientes.



24 junio 2009

Colineando por San Francisco


San Francisco atrapa, vaya que si atrapa. No suelo arrepentirme de lo que he hecho en mi vida, pero en lugar de haber v
ivido dos años en Londres, tenía que haber cruzado el charco hasta el oeste de USA!!

Hay tantas cosas que ver y hacer en San Francisco. Los parques, las preciosas vistas a la bahía, la arquitectura y su famoso Golden Gate, esas calles que parecen montañas rusas!! Y luego, una se encuentra cosas tan sorprendentes como que prohíben aparcar en las horas en que se disponen a limpiar sus calles, o que a través de los ventanales de algunas casas la gente muestra su mobiliario, como si estuviera a la venta qué cosas… No fui a Alcatraz, pero sobre esa escuché opiniones para todos los gustos y por lo tanto no me pronuncio.

El día que alquilé la bici junto con Chingy y Jesper, a los que había conocido en las excursiones a Gran Cañón y Yosemite, fue otro de los mejores días del viaje. Recorrer parte de la costa de San Francisco hasta llegar al Golden Gate es genial y pedaleamos, con verdadero esfuerzo a veces, a través de la costa y de sus tres kilómetros de largoLa fuerza de la estructura del Golden se percibe al pasar, y es desde luego uno de los grandes logros de la ingeniería del siglo XX y parece ser que con el alambre que se usó en su construcción se podrían dar varias vueltas al mundo.


Las vistas que nos brinda la Bahía de San Francisco son inigualables, tanto desde el puente como desde ese encanto de pueblo que es Sausalito. Un pueblo pijito y muy marinero, a la vez coqueto, con mucho barco allí atracado, casas y coches espectaculares, y todo es muy azul, muy verde o muy blanco. Me recordó a Puerto Banús. Otro día lo dediqué a disfrutar caminando por calles como Market Steet y Haight Street y callejear por los alrededores de ellas, especialmente Haight me encantó!! Qué tiendas y cafés más chulos, tantas paradas implicaron que cuando llegué al parque Golden Gate estaban a punto de cerrar…

Así es que al día siguiente tuve que volver a la zona para poder ver el interior de ese parque, que es como una ciudad, y además de lo obvio que uno puede encontrar en un parque, éste tiene lagos, museos, el planetario y un coqueto jardín japonés con un montón de bonsáis. Las vistas desde el puente no me sorprendieron tanto porque lo había cruzado unos días antes, en el minibús de Elie, un guía turístico que ofrece un tour bastante completo por la ciudad y sus alrededores, por ejemplo el mirador de Twin Peaks con una vista “de pájaro” de todo San Francisco, y a Muir Woods (pronunciado algo así como Miiiuuur), un bosquecillo con árboles coníferos muuuuuy altos.



Podéis contactar con Ellie en su empresa, Green dream tours. Es un tipo muy majete y divertido, con él me fui a una fiesta pirata a las pocas horas de llegar a San Francisco. Fue una gran sorpresa encontrar a Ellie preguntando por mí en el hostel, y tengo que decir que me divertí un montón en esa fiesta!!!

Desde San Francisco puedes ir en el día hasta el parque natural de Yosemite (pronunciado Yosémite, toda la vida con las pronunciaciones para que luego nos hagan esto! y cambien la regla!), un lugar que bien merece más tiempo, pero no tuve otra opción. Elegí la compañía Extranomical Adventures porque era la única que hacía una paradita para ver las sequoias, unos árboles con un ancho de tronco impresionante. El parque genial, pero la empresa no me causó muy buena impresión; el conductor que hacía las veces de guía llegó una hora tarde y me temo que lo descontó del tiempo de estancia del parque porque además se empeñó en parar a cenar a las 5:30 de la tarde en un bar mejicano donde "casualmente" todo el mundo le saludaba, además de que exigió de una forma bien poco elegante su propina… El viaje nos dejó, eso sí, un magnífico sabor de boca con este espectacular puesta de sol!!!




Viajar sola te hace ser más tolerante e infinitamente más decidida en ciertas situaciones, más flexible en otras, estar más pendiente de lo que ocurre a tu alrededor, por eso pienso que nos llaman la atención más cosas y prestamos más atención a las personas, y todo esto se traduce en que conocemos más gente.

Otra cosa importante, es que he vivido y aprendido que se puede “sobrevivir” sin planificar tanto, de hecho, en gran parte del viaje hacía los planes después de un tranquilo desayuno, hombre, teniendo claro en un conjunto lo que no quería perderme de esa ciudad. He aprendido de la cultura y forma de ser de cada compañero ocasional de viaje, y por supuesto de mí misma, porque estar solo te vuelve más receptivo y te permite aprovechar al máximo toda la información que te brinda el momento que estás viviendo, que es únicamente nuestro, y te permite además, tomarte tu tiempo para la reflexión, aprovechar la soledad para replantearnos ideas, objetivos, quizás hasta para tomar decisiones que le den un sentido o incluso un giro a nuestra vida…

En definitiva, viajar con uno mismo es una experiencia genial, enriquecedora, y totalmente recomendable, aunque estoy encantada de hacer mi próximo viaje acompañada!!!

22 junio 2009

Cumpliendo sueños

El aterrizaje en Las Vegas entre luces de neón, y sus cientos de máquinas alineadas en la sala de recogida de equipajes no deja impasible a cualquiera.

Los planes que tenía variaron nada más aterrizar, pero bueno, los planes se hacen también para poder variarlos; resultó que la persona con la que iba a sobrevolar el Gran Cañón vendió su avioneta a través de Internet justo el día antes de mi llegada!!! Pues sí, como lo leéis… cuando me dio la noticia en el aeropuerto, me dio la risa tonta, pero lejos de preocuparme empecé a barajar las opciones que tenía: contratar un vuelo en avioneta y helicóptero que suponía 20 o 30 minutos de vista panorámica en la zona a cambio de un riñón como quien dice, o un viaje en autobús, cansado y largo, pero que me iba a permitir ver algo más del paisaje durante el trayecto. Elegí la compañía Papillon, con la que obtuve un precio muy mejorado después de la pregunta chorra a través del teléfono de ¿no hay un precio especial por contratar tan solo unas horas antes?... Pues sí, lo hubo.


Y me alegro un montón de haber hecho el viaje en bus, y sobre todo por el hecho de haber elegido aquel asiento e iniciado una conversación con la persona que allí estaba. Fue uno de mis mejores días, porque el Gran Cañon me fascinó, y porque conocí a Chingy, una china de Hong Kong supersimpática y tan loca por hacer fotos como yo, y con la que días más tarde compartiría otra agradable jornada en San Francisco.


Gran Cañon, qué maravilla. Hay lugares con los que una sueña, esos que apetece ver y fotografiar alguna vez en la vida, pensamientos que me han surgido en otras ocasiones, por ejemplo, con las pirámides de Egipto, con Petra, los templos en Angkor, y también con el Gran Cañón. Lugares que no defraudan, que nos emocionan y se quedan grabados en nuestra retina algunas veces, sorprendentemente, con cierto sentimiento de nostalgia…

La inmensidad del Gran Cañón es indescriptible. No sabes bien dónde dirigir la mirada… Tengo que decir que me ha encantado, no me ha decepcionado en absoluto, y tan solo lamento no haber tenido la oportunidad de ver semejante espectáculo a horas tempranas y ante una puesta de sol seguro que de película, porque los colores seguro que cambian su aspecto a los ojos de cualquiera.


En Las Vegas me alojé en el hotel Sahara, que está bien pero no es espectacular, y otra noche en el Cesar Palace, un lujazo!! No me resulta atractiva esta ciudad, aunque fue interesante visitar con Amy y Charly la zona de la ciudad por donde se mueve la gente de allí, eso sí me gustó, al igual que un paseo por el interior de los hoteles.





Supermercado de Las Vegas, con "sala de máquinas"

No obstante, guardo en mi memoria los fotogramas de un precioso atardecer en el Red Rock Canyon, con una maravillosa luna llena descolgada del cielo, y la estampa de la ciudad iluminada en aquel valle, en definitiva, un regalo de la naturaleza que neutraliza tanta luz y despilfarro, en un entorno muy, muy agradable a tan solo 30 Km de la ciudad y cuya visita recomiendo.


Tan solo queda colinear un poco por la encantadora San Francisco!!!